miércoles, 17 de abril de 2013

El yo-yo

Ayer vi como alguien era apreciado, felicidades creativas por todas partes, muestras publicas de afecto. Y saben en quien estaba pensando? En mi. Me comencé a sentir mal, era como un sentimiento como de angustia. Me preguntaba si alguna vez había recibido algo así, si alguna vez lo haré  y el porque de que a mi no me hagan algo así. Soy yo así de "popular"?

Este es un secreto vergonzoso: siempre he querido un club de fans. Gente atrás de mi el día entero que me viva "tirando" halagos: "ooh! que hermosa manera de comer cereal!", "wao! sumaste 35 + 42 sin calculadora, que cerebro eres!", "eres increíble Leticia, increíble!", "que apero esta ese garabato que hiciste en tu cuaderno", "wao! tremendo sacrificio el que hiciste ahí, eres mi héroe". Y otras cosas así que no me caería mal oír todo el día.

No es esto ridículo? pero es así, no creo ser la única que de alguna forma quiera esto, y cuando llevamos a la luz ese deseo de ser el centro y esa envidia por el que creamos que sea el centro, adquirimos perspectiva. Y me he dado cuenta de que estamos hambrientos, sabemos que somos apreciados y queridos por unas cuantas personas pero no es suficiente queremos mas, queremos ser adorados, y adorados por el mundo completo. Tenemos nuestros ojos puestos en nosotros.

Y entonces ayer yo estaba bien... hasta que estas cosas salieron de mi corazón. Y quiero ver a Jesús hoy, la persona que nunca quiso un club de fans, la persona que siempre vivió rodeado del amor del Padre. Jesús nunca vivió para el pero para su Padre. Su vida nunca se trato de el pero del que lo envió. El era libre. Quiero vivir en esa libertad.

"Humildad no es pensar menos de ti, es pensar menos en ti"-Christine Caine.

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