Lecciones de "Alicia en el país de las maravillas"

Vengo del país de las maravillas y traje par de lecciones conmigo...

Waritsara Piyanonpong, Creative Commons

Cualquier camino parece bien cuando no se sabe a donde se va.

Veamos la conversación que tuvo Alicia con el Minino de Cheshire (el gato con sonrisa):

“Minino de Cheshire”- empezó a decir (Alicia) con cierta timidez- “Por favor, ¿podría decirme el camino que debo de tomar desde aquí?”.

“Eso depende en gran medida de a donde quieres llegar”-dijo el Gato.

“No me preocupa mucho a donde...”- dijo Alicia

“En tal caso poco importa el camino que tomes”.

Suena extraño darle la razón a un gato pero…es cierto! Sin metas nos estancamos y no sabremos elegir entre las alternativas que se nos presenten. Antes de saber qué camino tomar se debe reconocer donde uno se encuentra y a donde desea estar.

El orden de un argumento importa. Le da sentido. En el lenguaje, el orden tiene su significado.

“¡Qué va a ser lo mismo!”- dijo el sombrerero-. “Si así fuera podrías decir que "Yo veo lo que como" es lo mismo que "Yo como lo que veo".

“También podrías decir-añadió la liebre de marzo”- que "Me gusta lo que tengo" es lo mismo que "Tengo lo que me gusta".

Este es otro pedacito de sabiduría en el cuento de Alicia. Esto se ve claramente en la escritura. No es lo mismo decir el "Amor es dios", a decir "Dios es amor". El primero sería una creación nuestra, nosotros definiríamos que es amor, y haríamos que ese concepto gobernara sobre nosotros, pero el último es bíblico, el libro de Juan lo declara en el versículo 8 del capítulo 4. Dios se revela a nosotros, para que dejemos a un lado las suposiciones, él define el amor. Dios -como dice una canción de rojo- concentra el amor. ¿Qué es amar? Conoce a Dios. ¿Cómo se ve? Observa cómo se mueve la mano de Dios.

Eso es todo por ahora. Recibe los mas calurosos saludos de la reina blanca y todas sus cartas. :)