viernes, 14 de noviembre de 2014

El escritor: un close-up

Fuente: Lightstock.

El escritor es una criatura fascinante. Sus dedos encuentran su hogar en las teclas y su corazón en las letras. No puede evitar escribir, es tan natural como respirar. 

Y ahí sentado en la quietud de su sagrado escritorio es capaz de armar un revuelo. Es un trabajo solitario (la mayor parte del tiempo) pero inclusivo, incluye el mundo y en ese sentido podría tener multitudes como compañía en esos momentos.

Crea mundos e invita a otros a el. 

Ofrece luz a todo el que la necesite y la desee. Dirige, apelando al corazón.

Maestro de las palabras, estudiante de la vida.

Escritor es la persona que responde al llamado de escribir. Tiene una pequeña voz que insiste "escribe, escribe, escribe".

¿Y que de escribir?


Escribir es trabajo duro. Es hacerle guerra a la hoja en blanco. Es elegir ignorar las voces que nos dicen que no podemos, que no damos la talla, que el tollo de ayer es la garantía del tollo de hoy.

Es seguir adelante, mantenerse moviendo los dedos y esperar que algo mágico suceda. Y cuando esa "magia" llega, darse cuenta de que las voces de critiquín y criticón han ido disminuyendo, como si hubiesen sido rebasadas en el camino.

Trabajo duro, pero vale la pena.


Vale la pena poder hacer lo que te hace sentir vivo.
Vale la pena poder guiar a otros, encender un fuego en sus corazones, hacerlos pensar y ver la vida con sus blancas y sus negras. 
Vale la pena transmitir el mensaje único que se lleva adentro.
Vale la pena entregarse a la historia que quiere ser contada, ofrecer la voz.

Al que quiere escribir...


¡Ven! Todo lo que necesitas es tinta, papel y un corazón dispuesto. Escribe porque quieres hacerlo. Escribe porque no puedes dejar de hacerlo. Escribe por escribir.

No necesitas una gran masa de lectores. Acepta el anonimato como la etapa que es. Fuimos formados y entretejidos físicamente en profunda oscuridad, es igual con el carácter. En lo oculto Dios nos va moldeando para nuestra gran tarea. Como dicen "lo único que se comienza desde arriba son los pozos".
Tu gran tarea ahora es descubrir tu voz. Creer en tu diseño original. Creer en el Dios bueno que hace las cosas a propósito y por un propósito.

No hay nada que nos haga avanzar mas que creerle a Dios. Trabaja en eso y no busques atajos. Lo que fácil llega fácil se va. El proceso es necesario, Dios siempre pone profundidad por encima de superficialidad.

Este es mi consejo: valora lo que Dios valora, haz las paces con el proceso y escribe como loc@ (es en serio que lo digo).

Nos vemos en el escritorio entonces.

XOXO

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