Me cogió la hora porque apague mi alarma,
no le hice caso. Dije algo que no debí decir o no dije lo que si debía decir.
No organice mis corotos a tiempo para el viaje. Gaste el dinero de pagarle a mi
hermana en bobadas.
Y es en momentos como estos que hago
algo fútil pero dañino: me
"hago sentir mal", o sea me regaño, me condeno. Fue como una
epifanía. Estaba el otro día esperando concho (transporte público) molesta conmigo
misma porque que tendría que gastar el doble en pasaje, cuando entendí esto: ya
la situación en la que me encuentro está mal, ¿porque agregarle más dolor/tensión/daño?
Me explico, el hecho de que tenga que pagar el doble de pasaje ya es
"castigo" suficiente. Y es así con las demás cosas.
Si hablaste más de la cuenta y ofendiste a
alguien, ya estas pagando con la desconexión entre esa persona y tú. Si comiste
o bebiste más de la cuenta tu cuerpo te lo dejara sentir, te lo aseguro. No
estoy diciendo que no debemos aspirar a no continuar con estas acciones,
lo que estoy diciendo es que aceptes las consecuencias de ellas sin agregarle más
peso a la situación.
¿Sabes porque nos auto condenamos? Pienso
que es porque creemos que así lograremos mejorar nuestro comportamiento.
Creemos que si nos sentimos "súper mal" con nosotros mismos no
caeremos en lo mismo otra vez. Esto no funciona.
La actitud correcta ante estas situaciones
es "¿sabes qué? metí la pata, de verdad que sí. No puedo cambiar eso pero
si puedo hacer esto y esto para tratar de enmendar mi error". Noticias: los errores se enmiendan, se asumen las
consecuencias de ellos, y se aprende. Asi es como funciona. Caso contrario los errores se nos pegan
como chicle, al punto de que creemos que somos nuestros errores. La clave es
distinguir entre lo que podemos cambiar y lo que no. Aceptar lo que no, y
accionar hacia lo que sí. Que Dios nos de sabiduría.
XOXO
* Fútil: forma fina de decir que algo no vale un pepino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario