jueves, 19 de enero de 2012

Hombres y mujeres por Gerusa Reyes de Holguin

Las mujeres fuimos creadas para ser compañeras (Génesis 2:18, 21-22), de ahí el hecho de que sintamos la necesidad de vivir en pareja, fíjense en el verso 22 de Génesis que dice: y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre. Lo primero a notar es que fuimos hechas de la costilla del hombre, Dios reafirmando que nos creo para ser compañeras, pues la costilla se encuentra a un lado, lo segundo es que no nos hizo del corazón del hombre, para que no nos dejemos guiar por sentimentalismos, pues nuestro hombre perfecto es aquel que tiene un espacio donde falta una costilla, es aquel que nos permite encajar en su vida y en sus planes y entiende que somos parte de él. La tercera cosa que encontramos en este verso es que Dios se encargó de traer la mujer al hombre, no la creo y le dijo, búscatela como puedas o le dijo al hombre, sal a buscar una mujer que te creé, Dios mismo tomo la tarea de llevar la mujer en donde se encontraba el hombre ¨ y la trajo al hombre ¨.

En el mismo capítulo 2 de Génesis verso 18 vemos que el hombre estaba sólo, él fue creado para administrar toda la creación, de hecho, Dios le dio la creatividad y potestad de poner nombre a todo lo creado. Lo primero que podemos observar en el verso 18 es que en sus inicios el hombre no tenía compañía para sí, no fue creado más que para administrar todo aquello que ya Dios tenía preparado; de hecho ya nuestro Padre había dado mandato a Adán (Génesis 2: 15-17), antes de decidir crear una mujer para él. Entiendo que de ahí la necesidad de los varones de crecer y madurar antes de llegar al matrimonio. Lo segundo que nos muestra éste verso, es que el propósito de Dios es completar al hombre con una compañera, pues en su infinita sabiduría entendió que ¨ no es bueno que el hombre esté sólo ¨ y lo tercero es que los varones deben esperar por aquella muchacha que será su ayuda idónea (le haré ayuda idónea para él) que es aquella mujer que lo ayudará a administrar todo lo que el Señor ponga en sus manos (Génesis 1:28).

Ahora bien, como llegaron Adán y Eva a amarse, veamos el verso 23 del mismo capítulo de Génesis Dijo entonces Adán: esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada1, Dios mismo se encargó de poner en el corazón de Adán amor por aquella mujer que le creó, fíjense en el comentario que hizo éste sobre la mujer que Dios trajo a él ¨ hueso de mis huesos y carne de mi carne ¨ éste verso evidencia que Adán estaba consciente de que Eva no era una creación más, que era hecha para él, de sus huesos y de su piel y nos deja ver el primer destello de amor de parte de Adán.

Veamos un verso en Efesios 5:25: Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella. El mandato de Dios para el hombre es a amar a su mujer, en realidad no encontramos en las escrituras un pasaje donde se aconseje a la mujer a amar al hombre, puesto que el amor del hombre es suficiente para hacer que su mujer lo ame, así como el amor de Cristo fue suficiente para hacernos amarlo. Un hombre entregado a y por su mujer, está cumpliendo la palabra y el propósito de Dios y está provocando a su mujer a amarlo para siempre.

Si en los últimos tiempos vemos tantos matrimonios y familias destruidas, es porque nos hemos apartado del plan que Dios diseñó para nosotros, es tiempo de volver atrás y revisar lo que Dios desea para nuestras relaciones de pareja.

Un rema que Dios me dio y lo quise compartir con ustedes,

Tun tun

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