miércoles, 28 de diciembre de 2011

El testimonio de Emma, parte 1

Crecí siendo una “buena chica”. Mi hermano bromea: yo tengo las buenas apariencias, nuestra hermana tiene el cerebro y tú te quedaste con las buenas morales. A cual de nosotros te gustaría llevar a una fiesta, eh?

Y es que ser una “chica buena” siempre funciono para mi. Era brillante, sensible y perfeccionista. Odiaba decepcionar a la gente- y era muy muy importante para mí que siempre que hiciera algo lo hiciera “bien”. Todo o nada era mi lema.

Sentía que era muy corriente en mi apariencia, poco atractiva, pero era buena en otras cosas y eso lo compensaba. Me encantaba leer y escribir, algunos profesores me dijeron que tenía un “don” en el Ingles. Instantáneamente me aferre a eso porque comencé a pensar que eso me hacia especial. Esa aprobación me hacia sentir valiosa- y desde muy joven trabajaba hasta altas horas de la noche escribiendo y reescribiendo.

Mi familia es muy unida. No teníamos mucho contacto con el exterior, eran estrictos, pero amorosos. No eran cristianos, ni teníamos problemas fuera de lo común. La hora de la comida era de mucha importancia en mi casa. Mi infancia fue placentera, aunque estoy segura que no todo fue perfecto pero eso era lo que siempre parecía.

Los problemas empezaron cuando cumplí 13.

Primero, me convertí a cristiana. Esto fue, y es, increíblemente significativo para mí. Sin embargo, cuando miro atrás me doy cuenta que esta era un cristianismo enfocado en “Dios” no en Jesús. Hablaba del pecado y las reglas más no de la gracia. Y la idea del infierno era lo que me motivaba a buscar del reino.

También hizo que me empezara a preocupar por la salvación de las personas que amaba. Al instante toma toda la responsabilidad por salvación de mi familia.

MI familia era comprensiva, pero las cosas cambiaron de repente. Esta era, tal vez, la primera vez que yo era diferente a mi familia.

Al mismo tiempo mi cuerpo dejo de portarse bien, comenzaron a salir curvas donde solo había huecos. Me sentía a salvo y cómoda con mi familia y amigos más cercanos. Pero de repente los chicos, el sexo y las relaciones (amigos, el noviazgo, conocidos…) entraron en mi agenda. De libros yo sabia. Inundaciones, guerras, la segunda venida. Pero de chicos?

A principio de los noventa, para una chica cristiana la vida se veía bastante peligrosa. Hablo de los tiempos es los que la gente empezó a hacer conciencia del SIDA y la televisión estaba llena de terroríficas propagandas que yo no entendía. En la escuela o eras una virgen o una fácil- y era bien difícil decidir cual era peor de las dos. El grupo de jóvenes de mi iglesia vivía advirtiéndonos acerca de los peligros de un embarazo en la adolescencia, y de no dejar que nuestro cuerpo hiciera lo que le pegara la gana. Ese fue el principio de una confusa relación entre mi cuerpo y yo.

También fue el comienzo de una relación “diferente” con mi familia. Mis padres habían sido mis mejores amigos- pero ahora había cosas que yo simplemente no podía explicarles a ellos. Las seguridades que tuvo cuando era niña parecían estrangularme en mi adolescencia. Nos distanciamos. Todos los adolescentes se distancian de sus padres. La verdad es que esto me partió. Una mitad de mi quería dejar mi vida completa atrás, la otra mitad no quería crecer jamás.

Encima de eso, tuve que mudarme a una escuela solo para chicas y era un ambiente bastante enfocado en los logros. De lindas amigas yo era la “cerebrito”. Sin embargo, de repente mi cerebro ya no era importante. Era una escena social totalmente nueva-los chicos, las fiestas, el que te vestías y el como te veías, el que si tenias piernas suaves y hermosas o no. Se sentía como un idioma nuevo que todo el mundo conocía, menos yo, yo no podía hablarlo. Así que me aferre al único lenguaje que si conocía-trabajar duro. Y si, así como supones, fui maltratada por mis compañeras*.

A los 13, toda mi familia s mudo y tuve que quedarme con mi abuela por 3 meses. No había mucho espacio, precisamente en el momento en que la vida se veía tan caótica. Sentía que había demasiado de mí, que yo era un desastre y que quería limpiarme.

Algo en mi se rompió. Pensé “Estoy fuera de control, lo tomare de vuelta! No se quien soy. Lo que si se es que esta persona no funciona. Hare una nueva.”

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